Shangri-La, la crítica
No es fácil hacer hoy en día un anime como Shangri- La. Calidad visual como pocas se han visto en los últimos años, a pesar de que muchos esperaban encontrar más animación 3D a lo largo de los capítulos. Mucha gente tenía en mente otras series del aclamado Range Murata, que en esta ocasión tenía la tarea de dar personalidad a los personajes de nuevo con sus ya conocidos e increíbles métodos para diseñarlos. Hay que tener en cuenta que Last Exile, su obra más conocida y la más faraónica que ha realizado hasta la fecha se realizó en exclusiva para el aniversario de Gonzo, en el que se invirtió mucho dinero. Shangri-la ha prescindido de muchos escenas de ordenador y le ha dado protagonismo al trabajo puramente manual, y lo cierto es que el resultado es brillante, y no hay diferencia de un capítulo a otro, no hay bajón de calidad, todo lo contrario, a medida que transcurren lo episodios, estos son cada vez mejores y más detallados, no solo los personajes, sino los entornos con todo lo que eso significa: bosques, edificios monumentales, explosiones, naves , aviones y helicópteros…
Antes de empezar con mi opinión personal sobre este anime, quiero dar una explicación que quizás es importante para saber el por qué del nombre de Shangri-la. ¿Qué es Shangri-la?
Shangri-La, es el lugar de los Himalayas en el que había paisajes maravillosos y en donde el tiempo se detenía en un ambiente de paz y frescura. James Hilton habla en su novela de 1933 Horizontes perdidos de Shangri-La. El novelista dio origen al mito: soñadores, aventureros y exploradores intentaron hallar ese paraíso perdido. La onda orientalista de Occidente se ha inspirado en él y el nombre "Shangri-La" bautiza no sólo a agrupaciones musicales o teosóficas sino numerosos lugares de descanso en Asia y en América. (De hecho, Shangri-La fue el primer nombre de la sede de descanso presidencial estadounidense en Camp David, ubicada entre colinas. Se lo puso su primer ilustre huesped, el presidente Franklin Delano Roosevelt.)
Bajo esta premisa el anime, se busca su propio paraíso terrenal. El que para muchos sería una tierra verde y fertil, para otros no es más que una estrategia de un pequeño grupo de poderosos en el Japón de esta animación.
Pero pongámonos en situación: la historia se desarrolla en una edad neo-futurista, en la cual Tokyo se ha convertido en la mayor ‘jungla-polis’ en el mundo que consume dióxido carbono. Una ciudad-torre llamada Atlas aloja a los ricos y privilegiados, y es objeto de deseo de todos aquellos a los que no se le permite su entrada en ella. Pero Atlas además tiene antiguos secretos los cuales causarán un giro repentino de los acontecimientos. Todo ello adornado por variopintos personajes como una adolescente destinada a ser la líder de una guerrila que se opone a Atlas, una pequeña genio, una joven princesa, un drag queen, una médico, un comandate del ejército y dos ancianos, que formarán parte de la visión del mundo de Shangri-La.
Quizás el primer capítulo resulte confuso y estoy seguro de que muchos pensarán que reúne demasiada información para un capítulo inicial, y más si las preguntas que se formulan en el no tienen respuesta inmediata. Bajo mi punto de vista el hecho de que sea así es un acto deliberado por parte de los guionistas, no me cabe la menor duda. Un anime como este necesita ir desgranando poco a poco los misterios que se esconden tras una aparente guerra abierta entre supuestos salvadores de la tierra que reforestan el espacio otra hora devastado y los que se oponen a ellos, la Metal Age, una guerrilla que busca la libertad de los ciudadanos e igualdad de oportunidades en Atlas.
Hay un componente importante en Shangri-la, la economía. La economía juega un papel determinante ya que los personajes deben lidiar con sus oponentes mediante potentes programas informaticos: Zeus y MEDUSA, que son los que hacen y deshacen a su antojo los problemas mundiales.
A medida que transcurren los capítulos nos encontramos con las dudas, las revelaciones, la verdad sobre Atlas y el Duomo, pero sobre todo nos topamos de bruces con el gran problema del hombre: encontrar un equilibrio espiritual, estar en armonía con la madre tierra y cuidar el planeta para no llegar al extremo de buscar un bosque global que poco a poco nos vaya comiendo y arrastrando hacia un vacío, una nada generalizada que provoca la desaparición de la raza humana.
Una crítica social en todo regla, a pesar de que algunos la han tachado de antiecologista. El equilibrio con uno mismo da pie a un equilibrio con la naturaleza y como consecuencia estaremos en paz con la hombre, con la raza humana. Ese es el Shangri-la. No lo olvidemos nunca. Hay muchos Kuniko en el mundo, y deben ser ellos los que consigan que lleguemos a Shangri-la.