Yotsubato!
Cuando empezamos a leer Yotsuba, lo primero que nos encontramos es a una niña que descubre que las grandes esencias de la vida se guardan en frascos pequeños.
Desinhibida del ridículo y de la vergüenza, Yotsuba es una niña que tras mudarse de casa con su padre descubre como el mundo es mucho más grande e interesante de lo que ella tenía en mente en un principio. A partir de esta nueva situación de vecindad, se nos presentan los demás compañeros: Koiwai, padre de Yotsuba, Jambo y un grupo de tres vecinas o bellas muchachitas, Asagi, Fuuka y Ena. Todos ellos comparten las anécdotas de Yotsuba y las ansias de descubrir los secretos de su particular Brave New World (atentos al capítulo del calentamiento global, os aseguro que no tiene desperdicio). Cigarras, columpios y formas de saludo son los temas de una historia tan sencilla como compleja, tan poco intelectual como inteligente.
Kiyohiko Azuma (su nombre real es Kiyohiko Higashi) contemporáneo de Yukito Kishiro o de las Clamp y antiguo diseñador de personajes de Pretty Sammy (Tenchi Muyo), vuelve a la carga con una obra limpia y con mucho trabajo de dibujo en las viñetas, prácticamente en todas podemos ver un fondo, aspecto que es de agradecer (lo siento, tengo un claro prejuicio contra los/as mangakas que utilizan viñetas vacías de contenido).
Sin embargo, lo mejor de todo es la rápida identificación con los personajes desde la primera página. Además de ser el responsable de Azumanga Daioh, también es autor de Wallaby, manga que cuenta la historia de un chico que fallece prematuramente y vuelve a la ¿vida? en forma de ¿canguro? de peluche que ha creado la protagonista Kosaka, Mahou Yuugi, sobre la brujita Padudu y sus aventuras, Wonder Project J2, basado en un juego de Nintendo 64.
Aunque ¡Yotsuba! es, en definitiva, la adaptación del mismo personaje de Try! Try! Try!, serie de cortos aparecidos en 2001.
Si alguna vez os tomais con un tomo de Yotsuba, no lo dudéis, leedlo y os lo pasareis en grande. Os lo aseguro.